domingo, 7 de abril de 2019



“Entre otras cosas, escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea; para alejar al Malo. Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos”.


2 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

Que siga siendo claro el llamado a escribir, aunque en ello se acuda al propio destierro, la incomodidad de la palabra que delata, los siempre incomprendidos sentimientos. ¡Feliz día, poeta querida!

Paula dijo...

Hola, Jorge. ¡Feliz día! Espero que andes muy bien.