martes, 29 de diciembre de 2015

Caía el anochecer
los de cuello blanco lanzaban papeles al viento
se rebelaban de su supuesta prudencia
mientras el pueblo clamaba con ansias su llegada

todo era perfecto
la brisa del viento de verano
las luces azules y rosadas
tan intensas
tan hermosas

los medio pelo nunca van a entender
lo genuino que es conmoverse
por las experiencias ajenas
compartir vivencias, sueños e ideas
la alegría de reconocer al otro
mi garganta es tu garganta

las miradas con las que me crucé
eran desconocidas
cristales lagrimosos
cantos apasionados
aquellas no eran las mismas personas de hace dos años atrás

es necesario admitir
que los afectos se tornan borrosos
que los te quiero se vuelven te odio
y la realidad no es más que una farsa
hecha dogma

La precariedad de mi presente
me permite observar
a todas las máscaras del pasado, 
de hecho todavía puedo escuchar
sus murmullos y risas

Algo queda aún en mí
que no deja llenar mi hueco
no encuentro un sentido

En cada gesto,
en cada palabra,
en cada mirada
emerge el pasado

Torbellino que me arrastra
fuerza esotérica;
a veces siento que pago males
ajenos
heredados
de cuerpo en cuerpo